Los 7 pecados capitales laborales.

A finales de los años 80, Stephen Covey, escribió su obra insigne titulada “los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, revolucionando las perspectivas del desarrollo profesional y personal de los individuos a través de la generación de conductas repetitivas qué al integrarlas a las actividades cotidianas, llevan al éxito en todos los ámbitos de quién las ejecuta. En contraste, existen conductas que hoy más que nunca, afectan el desarrollo del profesional contemporáneo, por lo que a continuación te presentamos una lista de hábitos a evitar, que afectan la productividad laboral y tú visibilidad para un ascenso en cualquier organización:

1. Llegar tarde: Más que un formalismo, es tu carta de presentación al respecto de la organización con la que llevas la agenda y el respeto por el tiempo de otros. Comienza poniendo el despertador 30 minutos antes.

2. Hacer pausas insanas: Es recomendable hacer pausas para despejarnos, pero algunas de ellas, como fumar, no ayudan a tu salud, ni a tu higiene personal; además denota un inadecuado manejo del estrés. Prueba utilizando pausas saludables como estiramientos o respiraciones.

3. Rumores: Conocido como “Radiopasillo”, este hábito, es conocido como un “cáncer en las organizaciones”, por lo que participar de comentarios no fundamentados o simplemente “chismes”, afectará directamente a tu reputación. Evita fomentar esta práctica.

4. Incumplir compromisos: Como seres humanos podemos equivocarnos o retrasarnos en las entregas, el problema es que se convierta en una constante, lo cual afecta en la confianza para delegar proyectos o tareas que demuestren tus talentos. Avisa del retraso y propón un plan de acción para que cada vez pase menos.

5. Dejar todo al último minuto: Muchas profesionales consideran como una fortaleza, el trabajo bajo presión, ya que consideran que funcionan mejor en tiempos reducidos, el problema radica cuando este hábito entorpece el trabajo de otros y nos hacer llegar a límites que nos hace ser irritables, como no dormir o no comer. Controla tu agenda priorizando diariamente tus actividades críticas y ejecuta puntualmente cada actividad.

6. Rigidez: La falta de flexibilidad para enfrentar los cambios, es más común de lo que pensamos, provocando ansiedad, incertidumbre e incluso depresión. Hacer pequeños cambios en nuestras rutinas es un buen inicio.

7. Negatividad: Ver el vaso medio vacío y ser críticos, en muchos casos, es válido y necesario en las organizaciones; el problema ocurre cuándo no vemos el lado positivo a nada, por lo que hacer un balance realista de las situaciones, ayudará a tener un mejor juicio que nos hace tomar mejores decisiones.